Prólogo

Prólogo

Pablo distinguía entre las simplezas de la Palabra y sus más profundas verdades. Cuando escribió a los corintios, él dijo: «os di a beber leche, y no vianda» (1 Cor.3:2). Ciertamente, bebes recién nacidos en Cristo necesitan la sencilla leche de la Palabra. No obstante, con el desarrollo espiritual, la carne de la Escritura será masticada.

Asombra considerar que la prevaleciente carnalidad entre personas religiosas podría haber sido prevenida si ellos hubieran escuchado consistentemente una predicación doctrinal en sus iglesias. Tememos que mucha de la predicación de nuestros días es no solamente simple sino también superficial. Solo la superficie de la Biblia es considerada, pero sus profundidades son ignoradas.

Cuan agradecidos al Señor estamos por Seminarios cristianos fundamentalistas y por Institutos Bíblicos por toda la tierra, en los cuales muchos jóvenes son enseñados a manejar las grandes doctrinas de la Palabra de Dios. La Escuela Bíblica Tennessee Temple es una de las grandes escuelas de entrenamiento de este tipo, y es afortunada en tener un maestro dotado como el Dr. Mark G. Cambron como su Rector. La monumental obra del Dr. Mark G. Cambron, Doctrinas Bíblicas, revela cuánto él se ha sumergido en las profundidades de la Palabra de Dios, y es capaz de presentar, de manera clara y concisa, aquellas gloriosas doctrinas de las cuales Dios en Cristo es Autor, Materia y Consumador.

Anhelamos para Doctrinas Bíblicas, una amplia circulación entre Pastores, estudiantes y obreros cristianos a través de los diferentes países.

Dr. Herbert Lockyer, D.D., LL.D.

Prefacio

«Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados» (Rom.6:17). «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» (2 Tim.3:16, 17).

El clamor de la necesidad de la Iglesia hoy es por el conocimiento de la Palabra de Dios. La Iglesia esta fría, indiferente al propósito para el cual Dios la ha dejado aquí, y ese propósito es ganar a los perdidos para Cristo. Pero parece que algunos de los líderes escogidos por Dios están cayendo en los diferentes «ismos» de hoy; la causa: la carencia de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de Dios. Los hijos de Dios se deslizan hacia el pecado; la causa: la carencia de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de Dios. Los cristianos deben alimentarse de la Palabra de Dios para entonces crecer. Entonces la Palabra de Dios obrará sobre las vidas y las conductas de los cristianos. El hecho de que los hombres no presten atención a la sana doctrina es una señal de los tiempos, una señal de que Cristo regresará pronto. «Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;» (1 Tim.4:1).

En todos los campos de servicio cristiano hay una gran demanda de pastores y ministros que tracen bien la Palabra de Verdad. Si almas son salvadas, esas almas dependen de la Palabra para crecer. La Verdad les formará, pero el error les deformará. Hay una vasta diferencia entre una persona sosteniendo la Verdad y la Verdad sosteniendo a una persona. Por tanto, mientras estudia las doctrinas de la Escritura, que el estudiante ore a Dios no solo para saber las doctrinas, sino para que ellas lleguen a ser una realidad en su alma y en su espíritu.