UNA EXPLICACIÓN BÍBLICA Y UNA ILUSTRACIÓN DE LA SALVACIÓN

Cristo define tres medios por los cuales la salvación se hace evidente:

A. Es revelada en la Biblia como un “Nuevo Nacimiento.” Juan 3:3-8.

Esto es dado al que oye y cree la Palabra de Dios. Juan 3:5, el «agua» aquí es el bien conocido símbolo de la Palabra de Dios. Efesios 5:26; Juan 15:3; Salmo 119:9, no es una referencia al bautismo. Otras Escrituras muestran claramente que el Nuevo Nacimiento viene a través de la Palabra de Dios. I Pedro 1:23-25; Santiago 1:18. Así como el agua limpia nuestros ojos de polvo que oscurece nuestra visión, así la Palabra de Dios, cuando es leída y creída, borra de la mente del pecador sus ideas equivocadas de Dios y Su Salvación. La entrada de la Palabra de Dios al hombre trae luz sobre su condición perdida (Romanos 3:10-19), el amor de Dios visto en Su provisión para la Salvación del hombre (Juan 3:16) y la manera por la cual un pecador pueda ser salvo (Romanos 10:1-17).

B. Es revelada por la morada del Espíritu de Dios. Juan 3:5.

El Espíritu Santo, la tercera Persona de la Trinidad, fue enviada por Cristo, en su ascenso, para usar la Palabra de Dios a fin de convencer al hombre de su pecado; conducirlo a poner su confianza en Cristo; a morar en cada creyente; a comunicar a cada creyente una naturaleza divina o capacidad para las cosas espirituales, y guiar cada persona nacida de nuevo a la verdad. Juan 16:7-15; Efesios 1:13; 4:30; II Pedro 1:3-4; Gálatas 5:22-26.

Cuando la Palabra de Dios es leída o escuchada, el Espíritu Santo aplica la verdad al corazón con fuerza de convicción, mostrándole al pecador que está perdido, es culpable y está en una condición de desesperanza y sin ayuda. Entonces Él revela a través de la Palabra la manera de la salvación por la fe en Cristo y su obra terminada. Al momento en que el pecador confía en Cristo Él lo sella como su posesión adquirida. Esto no es una cuestión de sentimientos, sino un hecho; no sentimos el nuevo nacimiento, sabemos que lo tenemos.

C. Es revelada por los testimonios de aquellos que la experimentaron.

A través del Nuevo Testamento y la historia, millones han vivido y dieron testimonio de la salvación por la fe en el sacrificio de Cristo. Juan 3:14-16. En estas palabras Cristo hace claro como el cristal cómo esta nueva vida puede venir a un pecador. En respuesta a la pregunta de Nicodemo: «¿cómo puede hacerse eso?» Cristo usó un incidente registrado en el antiguo Testamento para ilustrar cómo podía ser experimentado el nuevo nacimiento. Ahora, por favor: pare y lea Números 21:4-9.

Siete palabras parecen resumir el incidente. Vamos a darle una atención más cercana y cuidadosa, porque es la propia ilustración de Cristo de cómo el pecador puede nacer de nuevo:

1. Pecado – Números 21:5. Así como Israel pecó, toda la humanidad ha pecado contra Dios en pensamientos, palabras y hechos. Romanos 3:23.
2. Juicio – Números 21: 6. Así como el pecado trajo juicio sobre ellos, Dios ha revelado su ira contra todo pecado. Romanos 1:18; Job 36:18; Romanos 6:23.
3. Arrepentimiento – Números 21:7. Israel reconoció, confesó y buscó perdón por sus pecados. Esto es arrepentimiento: consiste en un cambio de mente resultante en un cambio de actitud, el cual es expresado en un cambio de acción. Dios demanda el arrepentimiento de los pecadores. Lucas 13:3; Hechos 17:31; 20:21; Marcos 1:15.
4. Revelación – Números 21:8. «Y el Señor dijo.» Así como Dios reveló a Moisés la manera de salvación para aquellos israelitas mordidos por las serpientes, Dios ha revelado en la Biblia Su manera de Salvación para nosotros. II Timoteo 3:15-17; Romanos 10:8-9.
5. Provisión – Números 21:8-9. Una serpiente de bronce fue hecha y levantada en un asta a plena vista del campamento de Israel. Compare con Juan 3:14. Como la serpiente fue levantada en el desierto, así Cristo debió ser levantado para proveer salvación para la humanidad envenenada. Sobre la cruz Él cargó nuestros pecados, tomó nuestro lugar, soportó todo el juicio por nuestros pecados y por su muerte satisfizo todas las demandas de Dios contra el pecador. Dios ha indicado Su aceptación del sacrificio sustituto de Su Hijo resucitándole entre los muertos. Isaías 53:5-6; I Corintios 15:1-4; Romanos 5:7-8.
6. Condición – Números 21:8. «Cuando ellos miraban.» El hecho de que la serpiente de bronce fuera levantada no los hacía salvos, mirar no era suficiente. Había un paso de fe requerido para cada israelita: ellos tenían que creer que mirando a la serpiente realmente serían salvos, no podrían mirar con incredulidad. Podrían haber dicho que era tonto creer en una serpiente, aún pese a que Dios les había dicho que podría realmente salvarles. Podrían haberse burlado y reído con otros de que eso era tonto. De todos modos, para que cada israelita envenenado viviera, tenía que mirar. El hecho de que Jesucristo murió por nuestros pecados en la cruz y cumplió toda la obra necesaria para salvación no nos salva. Como pecadores perdidos, cada uno debe personalmente mirar por fe, creyendo y confiando que lo que Dios ha dicho es verdadero. “Todo el que invoque el Nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13). Así como un israelita envenenado no podía orar, confesar o hacer buenas obras para merecer la salvación, del mismo modo los pecadores no salvos son urgidos a creer en Jesucristo por fe como su Salvador personal. Juan 1:12; Efesios 2:8-9.
7. Resultado – Números 21:9. «y vivía.» Al momento en que un israelita envenenado miraba, recibía nueva vida. Él era como nacido de nuevo! Así, un culpable, un perdido pecador en el momento que cree al evangelio de que Cristo murió por nuestros pecados, y definitivamente le acepta como su Salvador personal, recibe vida eterna. Entonces viene a su vida el Espíritu Santo, llega a ser participante de la naturaleza divina, y es nueva criatura, o regenerado. Este es el nuevo nacimiento, el cual Cristo declaró era absolutamente esencial para ver y entrar al Reino de Dios. Juan 5:24.