ARREPENTIMIENTO PARA SALVACIÓN

A. No es una reforma de la persona.

Arrepentimiento es un acto total e interno de la mente. Para muchas personas significa volverse de sus pecados, pero esto sería sólo una reformación. Arrepentimiento no es hacer algo. Un hombre puede volverse de sus pecados y todavía no ser cristiano.

B. No es penitencia.

Penitencia es un acto de tristeza para pagar por el pecado. Muchas personas en diferentes religiones hacen muchas cosas que llaman penitencias. Ofrecen sacrificios, personalmente se torturan a sí mismos, pagan dinero para que líderes religiosos oren por ellos, personalmente oran por largos períodos de tiempo, repiten oraciones con rosarios o elementos contadores de oraciones, van a los confesionarios y confiesan sus pecados a gente religiosa y realizan ciertos ritos religiosos, todo con la esperanza de librarse de sus pecados.

C. No es contricción.

Queremos decir que el arrepentimiento no es un sentimiento de tristeza por nuestros pecados y recibimiento de perdón. Muchas personas en la cárcel se sienten tristes por lo que hicieron, pero eso no borra sus crímenes. El arrepentimiento verdadero incluye la tristeza por el pecado, pero el sólo hecho de sentir tristeza por el pecado no es arrepentimiento, pero puede conducir al arrepentimiento. “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (II Corintios 7:10).

D. Es un cambio de mente, no un cambio de opinión.

El verdadero arrepentimiento es un cambio de mente que conducirá a un cambio de acción, pero recuerda, tú puedes tener un cambio de acción sin un cambio de mente. Mateo 21:28-29 es un buen ejemplo. Antes de que alguien pueda ser salvo debe haber un cambio de mente acerca de muchas cosas incluyendo, pecado, ego, Dios y Jesucristo. En realidad, arrepentimiento es realmente tomar un paso contra “nuestro viejo yo” y ponernos a nosotros mismos en el lado de Dios.

E. Es obra de Dios.

Arrepentimiento es Dios convenciéndonos de nuestra necesidad de un Salvador a causa de nuestra carga de pecado. Dios comienza a trabajar en nuestra conciencia, y decidimos que una elección debe ser hecha. Podemos decidir seguirle a Él o continuar el camino por el que vamos. Para cambiar la dirección debemos arrepentirnos y clamar que Él nos salve. Esa decisión resultará en un cambio de mente en nuestra relación con Dios. Cuatro cosas serán evidenciadas en el verdadero arrepentimiento: un cambio de intelecto, un cambio de sentimientos, un cambio de voluntad y un cambio de acción.

La siguiente es una ilustración del real arrepentimiento. Una persona perdida y confundida, que está yendo por el camino de la vida buscando direcciones, y repentinamente se detiene porque la Palabra de Dios capta su atención, y mientras la escucha, se da cuenta que está yendo por un camino equivocado. Ahora la elección es suya, continúa o retorna. Arrepentimiento es decidir dar la vuelta y tomar la otra dirección. Tú tomas la decisión de seguir el camino de Dios.