ESCUDRIÑANDO LAS ESCRITURAS

¿Qué debería saber un cristiano acerca de la Biblia? El estudio bíblico debería ser llevado a cabo en plena dependencia del Espíritu Santo. Él es nuestro Maestro y constantemente deberíamos buscar su guía (Juan 14:26; 16:13). No hay un atajo, una manera fácil de aprender la Biblia. Involucra duro trabajo para cada uno. De todos modos, nunca olvides que el Autor del libro está siempre presente, y nadie sabe más acerca de lo que está escrito que el Autor mismo. Si no entiendes, ora y pídele a él que te enseñe lo que dice (Juan 14:26).

A. Lo primero para hacer es apartar un tiempo definido cada día para leer la Biblia.

Es un buen plan comenzar en Mateo y avanzar por el Nuevo Testamento. Luego comenzar en Génesis y leer la Biblia entera. No leas sólo para decir que has ido por toda la Biblia, sino lee para conocer lo que la Biblia dice.

B. Cuando llegues a una palabra desconocida, búscala en el diccionario.

Si llegas a un pasaje que no puedes entender, primero trata de comprender el significado estudiándolo cuidadosamente. Si esto no alcanza, escribe una nota sobre el problema, y consulta un comentario cuando tengas oportunidad.

C. Compara Escritura con Escritura.

No trates de edificar una doctrina sobre un solo versículo. Encuentra la consistente enseñanza de la Biblia entera sobre el tema. «La Verdad no contradice a la Verdad.»

D. Serás bien recompensado si escribes un bosquejo de cada capítulo, respondiendo las siguientes preguntas:

1. ¿Qué aprendí acerca de Cristo? (Aún en el Antiguo Testamento hallarás al Salvador en tipos y sombras.)
2. ¿Cuál es el principal mensaje de este capítulo?
3. ¿Qué preciosa promesa puedo solicitar?
4. ¿Cuál es el versículo destacado?
5. ¿Cuál pecado fui enseñado a evitar?
6. ¿Qué ejemplo hay para que siga?
7. ¿Cuales son los versículos dificultosos?

E. Durante el día trata de discutir lo que has leído con alguien más. Esto te servirá en dos propósitos: te ayudará a fijar la lección en tu propia mente y te ayudará a compartir con otro la bendición que has recibido de tu estudio bíblico. Malaquías 3:16.

F. Trata de memorizar dos o tres versículos cada semana.

Comienza a compartir con familiares versículos del evangelio tales como: Juan 1:12; Juan 3:16; Juan 3:36; Juan 5:24; Romanos 10:9, etc. Repasa todos los versículos memorizados constantemente hasta que realmente hayan sido puestos en tu mente y corazón. Escríbelos en tarjetitas y llévalos contigo para repasar durante el día. Hallarás tu propia vida enriquecida, y estarás en mejores condiciones para hablar a otros.

G. La gran meta del estudio bíblico, por supuesto, es poner en práctica lo que has aprendido.

Deberíamos permitir a la Palabra redargüirnos, corregirnos y hacernos más como el Señor Jesús. Jeremías 15:16. Recuerda cuando estudias la Biblia que estás estudiando un libro eterno. Todo lo que aprendas de ella aquí es una inversión para la eternidad. Así que dale lo mejor de ti.